Es frecuente pensar que las guitarras eléctricas y las clásicas son muy distintas. Es lógico, puesto que no solo el instrumento es diferente físicamente, sino que la música que se toca e incluso los lugares en los que se toca son también distintos en la mayoría de los casos.
Sin embargo, lo cierto es que son muchos más los aspectos que las unen que los que las separan. En este artículo os mostraremos qué diferencias y similitudes existen entre las guitarras eléctricas y clásicas con respecto a su construcción.
El problema de la sonoridad
Antes de entrar en materia, vamos a ver por qué surgieron las guitarras eléctricas. La guitarra clásica es un instrumento con una sonoridad relativamente escasa si la comparamos con muchos otros instrumentos. Sin embargo, al ser un instrumento que suele tocarse de forma individual o en grupos de cámara, la sonoridad no suele ser un gran problema.El problema surgió cuando se quiso integrar la guitarra en bandas más grandes en las que había muchos instrumentos de viento. La solución fue electrificar las guitarras, surgieron entonces las primeras guitarras eléctricas, que básicamente eran guitarras acústicas con pastillas.
Este hecho influyó notablemente en su construcción. Así como la guitarra clásica apenas ha variado en las últimas décadas, podemos encontrar decenas de modelos distintos de guitarras eléctricas.
Principales diferencias entre las guitarras eléctricas y las clásicas
En las guitarras eléctricas la sonoridad corre a cargo de la parte eléctrica, de manera que el cuerpo de una guitarra eléctrica es macizo. Esto es debido, principalmente, a que es mucho más fácil y barato hacer un cuerpo de guitarra macizo que una caja de resonancia.
Además, los cuerpos de las guitarras eléctricas son más pequeños, en parte para poder llegar a la zona de sobreagudo y en parte para reducir el peso, ya que al ser macizas son mucho más pesadas. Por otra parte, al ser macizas, las guitarras eléctricas se fabrican de muchos tipos de madera diferentes, puesto que las propiedades estéticas están por encima de las acústicas.
Las pastillas de una guitarra eléctrica funcionan por magnetismo, por lo que las cuerdas han de ser todas metálicas. En cambio, en una guitarra clásica las tres primeras cuerdas son de materiales plásticos.
Por otra parte, las cuerdas metálicas producen una menor oscilación cuando tocamos. Este hecho favoreció que en algunos modelos de guitarra eléctrica el mástil se hiciera considerablemente más estrecho que el de las guitarras clásicas.
Similitudes entre guitarras eléctricas y clásicas
Como ya hemos comentado, el cuerpo de las guitarras eléctricas normalmente es más pequeño que el de las clásicas, por lo que su mástil es más largo. Pero, a diferencia de lo que parece a simple vista, la longitud de las cuerdas es la misma. La parte de la cuerda que vibra, o en el argot de los constructores, la distancia entre cejillas, es la misma: 650 mm.
Como consecuencia de esto, los trastes en ambos instrumentos son igual de anchos. A esto hay que añadir que las cuerdas están afinadas exactamente en las mismas notas. Todo esto facilita que cualquier guitarrista que toque uno de los dos instrumentos pueda lanzarse a tocar el otro de una manera bastante sencilla.
Instrumentos híbridos
Gracias a sus similitudes, existen muchos tipos de guitarras 'híbridas' que comparten características de ambos. Uno de los primeros tipos fue la guitarra acústica, aunque en este caso deberíamos hablar más de simple evolución que de hibridación, puesto que las guitarras electroacústicas son anteriores a las eléctricas.Son guitarras de caja hueca, por lo que suenan sin estar amplificadas y, además, llevan fonocaptores para poder ser amplificadas. Más recientemente podemos encontrar, por ejemplo, guitarras con cuerdas de nylon, pero con cuerpo macizo y electrificadas.
Digamos que la aparición de las guitarras electrificadas abrió todo un mundo nuevo de posibilidades que las diferentes marcas han sabido explotar muy bien y en el que todos tratan de ofrecer algo diferente y novedoso. De ahí que comprar una guitarra sea a veces todo un desafío.