Como sabes, la vida no siempre es fácil. En algún momento hay que enfrentarse a situaciones difíciles y complicadas que pueden llegar a resultar amenazantes. Para afrontarlas de la mejor manera posible, se pueden utilizar ciertos mecanismos cognitivos, como el optimismo estratégico. ¿Quieres saber a qué hace referencia este concepto? Pues presta atención a lo se expone en las siguientes líneas.
Antes de continuar leyendo, debes saber que no hay una única forma correcta de hacer frente a los problemas de la vida, sino que hay tantas opciones como personas existen en el mundo. En este artículo, te explicamos una de ellas. ¡Quizá te sirva de utilidad conocerla!
¿Qué es el optimismo estratégico?
El optimismo estratégico, como su propio nombre indica, consiste en utilizar el optimismo como una estrategia para adaptarse a todo tipo de circunstancias, incluso antes de que sucedan.
Se trata no solo de mantener una actitud positiva ante los problemas o situaciones negativas sino, también, de anticiparse a los hechos e intentar buscar en todo momento las oportunidades necesarias para que las cosas salgan bien.
Así, ante la comunicación de una mala noticia, como puede ser el pacedimiento de una enfermedad grave, una persona que pone en práctica el optimismo estratégico mantiene desde el principio unas expectativas altas y una gran confianza con respecto al tratamiento y a los resultados del mismo. Esto puede ser beneficioso para afrontar la enfermedad y todo lo que ello conlleva, disminuyendo así los efectos estresantes inmediatos de la situación.
Eso sí, en estos casos, una vez que se conocen las implicaciones y consecuencias que verdaderamente existen, hay que hacer una reestructuración del pensamiento y ajustar las expectativas a la realidad.
En definitiva, el optimismo estratégico es un mecanismo cognitivo de autodefensa que tiene la finalidad de proteger la propia autoestima, creyendo que siempre se puede sacar algo bueno de las experiencias por muy devastadoras que estas puedan parecer.
"Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes".
-Khalil Gibrán-
Un ejemplo de optimismo estratégico
Un ejemplo de optimismo estratégico lo muestran Sílvia Pastells Pujol y Antoni Font Guiteras (2019) en su estudio con pacientes con cáncer de mama.
Según estos autores, ante esta situación adversa, las personas que utilizan dicho mecanismo cognitivo, muestran:
- Expectativas altas: confían en que todo va a salir bien, independientemente de las probabilidades reales de que esto ocurra.
- Ilusión de control: creen que tienen cierto control sobre la situación.
- Tendencia a pensar que ellos mismos son los causantes de las cosas positivas que les pasan. Sin embargo, no se atribuyen los resultados negativos.
- Tendencia a recordar y recuperar más aspectos positivos del pasado.
- Tendencia a buscar el lado bueno de la experiencia, identificando los posibles beneficios de la misma.
El pesimismo defensivo: el concepto opuesto
Existe otro mecanismo cognitivo de autodefensa ante una situación amenazante que consiste en exactamente lo contrario al optimismo estratégico: se denomina pesimismo defensivo.El pesimismo defensivo consiste en adelantarse a los hechos reales y ponerse en la peor situación posible desde el principio, estableciendo unas bajas expectativas. De esta manera, se intenta proteger la propia autoestima en caso de fracaso.
¿Cuál de estos mecanismo es mejor para afrontar una situación adversa: el optimismo estratégico o el pesimismo defensivo?
No hay una respuesta correcta a esta pregunta, pues todo depende de la persona que haga frente a la situación.
Unos prefieren optar por tener una actitud positiva que les sirva para creer en ellos mismos y en sus posibilidades. Sin embargo, a otros esto no les funciona y optan por pensar en lo peor que les puede pasar para prepararse mentalmente ante una desgracia.
Y tú ¿cuál de estos mecanismos cognitivos pondrías en práctica?